EN LA FIESTA DE PORONGO
Autor: el camba Florencio
fuente http://personajesdemontero.blogspot.com
Una vez que al pirai
Con otros me fui a bañar
Un camba canto al pasar
La copla que dice así
Vamonos pa lla pa porongo
Que la vida es bien barata
Cuatro quesillos por medio
Y una pelada de yapa
No puej lo que oi bastante fue
Y sin que nadie me ataje
Y antes de que el sol se abaje
En porongo me encontré
Llegue como echo el turista
Cabalingo a la procesion
Y en fue muy buena ocasión
Para poder pasar revista
Que sera que las devotas
Sean de cualquier lugar
Por una que ej regular
Hay unas veinte chocotas
Una encontré medio medio
Aunque bastante gordita
La cara si muy bonita
Lo demas ni pa remedio
Le hice pa su gambeta
Y ella fue puro sonrojo
Aiga visto usted esoj ojos
Que servian de reseta
Y pa dejárselo descrito
De expresión no dispongo
Eran sus ojos grandongos
Como un par de huevos fritos
este piropo janucho
Le despache a la pelada
Jahummmm
Este me da el fuego de su mirada
Pa encenderme yo este pucho
www.youtube.com/watch?v=SnuLqJiyUOM
Por poco de allá me escurro
al ver que se ‘encororó’
y su boca ‘e pororó
contestaba: "¡No sea burro!"
Pero ej como dice el refrán
que el burro consigue todo
por persistir a su modo,
yo continué con mi afán.
La tenía ya media controlada,
y ya esa noche ya ‘jue’ poqui!
mas después en el foqui-fofoqui
se le acabó la burreada.
Así empezaron, no miento,
a florecer los camotes
y a esperar que de mis trotes
saliera su rendimiento.
La mujer que entrega entero
al hombre su corazón,
es digna de compasión
porque el hombre es muy matrero.
Y aunque el mal es la cosita
que hace perder la conciencia,
sin mirar las consecuencias,
ahí nomás me dio una cita.
"El viejoso no va a estar" me dijo,
y que no aparezca hasta
después que anochezca
sin ser visto en el lugar.
Tras que la noche tiñó
me fui caminando a gatas
a esperar entre unas matas
que había ‘e macororó.
Aguardé pa' su hora entera
más larga que una cuaresma
y ‘dejle’ yo ahí en la ‘mesma’
espiando pa’ la tranquera.
Aburrido y ‘aguazapao’
al final salió la gorda
gritándome: "Sursum corda,
que ya taita se ha marchao"
Crucé sunchándome el cuero
en un cerco de cuguchi
más contento que un tiluchi
cuando pasa el aguacero.
Pero el mal puej nunca dura
cuando se tiene una rana
que le haga sana-sana
encima ‘e la matadura.
Al decirle que la amaba,
ella contestó: "Ja jay!
vos sos de lo que no hay
y a mí me creés una taba"
Yo le dije: "Estoy perdido
por tu boquinga ‘e melao"
y me dice: "Malcriao,
me estás rompiendo el vestido"
"Y decime si no eras vos
la que quería este encuentro".
Y me dice: "Ejej vamos pa' adentro".
Yo le dije : ¡Cómo no!.
Así como se lo cuento,
le saqué hasta las zapatillas
y nos fuimos en puntillas
hasta dar con su aposento.
Cuando en eso bororón!
el viejo se había volvío,
yo salí como escupío
disparando ‘pal’ canchón.
Atropellé en mi carrera
una saba de barreno,
metí la pata a un chipeno
y me enredé en una estera.
Y encima ‘e los encontrones
que a cada paso me daba
a una perringa llevaba
prendidinga de mis garrones
Al verme tan acosao,
a un ‘jorno’ me ‘jui’ a meter...
y de ande puej yo iba a saber
¡que esa tarde habían jorneao!
Un infierno, viera usté,
lo que le cuento no es nada,
hedía a carne quemada
por poco me achicharré.
Y aquí se acabo el bailongo
porque nunca más volví
a cruzar el Piraí
pa' llegar hasta Porongo.
Autor: José Enrique Bustos Ardaya
Tierra del color de la esperanza
Los que en tus brazos vivimos
Libre y autónoma te queremos
Lucero oriental.
Santa Cruz, tajibo generoso
Patria de la libertad
Tus hijos te amamos
Bajo el sol tropical.
Por la ruta de Ibáñez
Y de Ñuflo de Chávez
Indomables seremos
Sin amo, ¡Iyambae!
No habrá tiranía
Capaz de doblegar
A tu pueblo mestizo
Ni cadena que pueda
Su impulso atar.
El futuro es tuyo Santa Cruz
El río de pie del poeta
Está aquí
Somos tus dos millones de hijos
Millones de voces cantando
En defensa de tu libertad.